La
religiosidad popular es una manera de manifestar nuestra fe, no el único medio,
pero sí uno valido para anunciar a otros (as) la acción de Dios en la vida
personal y comunitaria.
Ésto es precisamente lo
que ha permitido cada noche el rezo del santo rosario, hacer una relectura de
los misterios, fortalecer la fe y poner en común la existencia con todos sus
clamores que ésta tiene. De ahí que, se
hicieran súplicas por la salud, el alimento, el bienestar, la paz, la alegría,
la unión, el amor y el fortalecimiento de lazos familiares.
Fue una bonita experiencia
donde cada familia desde su humildad recibió la imagen de la virgen, la decoró
con creatividad y preparó un compartir
para brindar a los demás vecinos (as).
Gracias
comunidad de Medellín del Ariari; mujeres, hombres y niños (as) que cada noche
abrieron las puertas de sus hogares y corazones, acompañando con cantos,
oraciones y algarabíos el rosario; gracias por dejar entrar a María a esos
espacios de familia y Comunidad; gracias por reconocer en María, la mujer
campesina; madre de Jesús, una mujer digna de seguir…
Que María interceda ante
Dios y nos guíe por caminos de
fraternidad y solidaridad.